ni idea

No tenemos la menor idea acerca de cómo y hacia donde evoluciona lo que evoluciona.


Por ello hemos recurrido a definir y a creer en el “genio propio de la enfermedad” y por ello le hemos dado un nombre a lo que ocurre.

Y quedamos hechizados con el nombre de las cosas hasta el punto de creer “que una tuberculosis es una tuberculosis.”

Al ser apartado el hombre de la ciencia se lo estudia con criterio de obetividad,negando la intervención de lo subjetivo,la influencia en lo que nos ocurre de nuestro pensar y sentir .

Somos fruto de un microscopio ,sin pensar que quien observa modifica el campo de lo observado.

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